Votamos representantes, pero decidimos libertades Por sdmn
Los resultados de las elecciones del 16 de agosto aún no se conocen. Al cierre de esta edición de Sol de Medianoche, quedaba por contar el 20% de los votos. La proclamación de los ganadores, tras el recuento del 100% de los sufragios, se producirá el 31 de agosto. Pero ya se pueden vislumbrar tendencias y cómo acechan peligros para Alaska y el resto de los estados Unidos.
Lo más reseñable del 80% de los votos escrutados en Alaska es que la demócrata Mary Peltola saca buena ventaja a la “trumpista” y exgobernadora Sarah Palin, para sustituir al difunto Don Young. Pero aún no es suficiente. Young fue representante republicano por el distrito congresional “at-large”; es decir, por todo el estado. Sucedió a otro republicano, Nick Begich, y ahora, su nieto quien lleva su nombre, se ha presentado para “suceder a su sucesor”. Begich ha llegado al tercer puesto en las preferencias de los alaskeños, a casi diez puntos de Peltola y a poco menos de tres de Palin.
Todo parece indicar que Peltola, indigena nativa yup’ik, puede hacer historia, al arrebatar a los republicanos el escaño y darle un giro demócrata que, sin duda, se haría notar en la Cámara de Representantes. Recordemos lo que Peltola dijo en Sol de Medianoche el mes pasado: “Alaska necesita un liderazgo diverso y con experiencia (…) Necesitamos más líderes que entiendan las necesidades de la gente y que sepan comprometerse para mejorar la vida de la gente normal”.
El estado hará recuento definitivo de votos y proclamará la elección de los alaskeños, por orden de preferencia, el último día de este mes. Hasta entonces, la ventaja de Peltola sobre Palin puede crecer más porque la mayoría de los distritos rurales y de tendencia progresista de Anchorage quedan aún por escrutar. Es la primera elección en Alaska bajo el sistema de “votación por orden de preferencia” y, si Peltola no supera la mitad más uno de los votos (50% + 1 voto), el segundo lugar de Palin y el tercero de Begich, con los votantes por contar que quedan, podrían decidir el vencedor.
¿Podrían? ¿Respaldarán los seguidores de Nick Begich a Sarah Palin? Para muchos no es la candidata ideal. Palin tiene un pasado polémico. Llegó a la alcaldía de Wasilla (1996) criticando el exceso de gasto, el sueldo del alcalde y los impuestos y, una vez que fue alcaldesa, aumentó esos impuestos para financiar un polideportivo y una pista de hielo cubierta. Como gobernadora de Alaska, tuvo que renunciar en 2009, antes de acabar su mandato, por los elevados honorarios legales para investigaciones sobre ética.
Palin respalda al ultraderechista Tea Party y es entusiasta y defensora a ultranza del controvertido expresidente Donald Trump, que está siendo investigado por el FBI y puede tener que afrontar graves cargos penales ante la justicia. Por su parte, la senadora republicana Lisa Murkowsky ha pasado las primarias con Kelly Tshibaka, su rival republicana respaldada por Trump. El expresidente profirió graves descalificaciones contra Murkowsky en un mitin, el mes pasado en Anchorage.
Fuera de Alaska, en Wyoming (el estado más conservador del país), Liz Cheney, hija del exvicepresidente Dick Cheney, ha sido borrada del mapa por la ultraconservadora Harriet Hageman, apoyada por Trump. Los “candidatos de Trump” han ganado las primarias para gobernador en Arizona, Michigan, Wisconsin y Pensilvania, y el Senado en Georgia, Ohio y Pensilvania. Estas elecciones han movilizado a los republicanos “anti-Trump” como Cheney o el exvicepresidente Mike Pence. Quieren que el Partido Republicano supere a Trump y su negación electoral. Si los “trumpistas” ganan, quedarán en grave peligro muchos derechos constitucionales de los ciudadanos. Acaba de pasar con la sentencia Roe vs. Wade, que permitía el aborto hasta que la Corte Suprema, de mayoría conservadora y compuesta de jueces nombrados por Trump, la revocó.
Ahora, medio país (la mayoría de los estados republicanos) se dispone a prohibir este derecho de las mujeres amparado por la Constitución. Está en peligro la Constitución misma, el derecho a casarse con personas de otras razas, la separación Iglesia – Estado, la coeducación y la igualdad de derechos de los afroamericanos, hispanos, asiáticos y nativos. Si los republicanos ganan, si Trump gana, estará en grave peligro la libertad. La misma libertad que ha venido caracterizando a este país desde que fue fundado.